Era 22 de Noviembre de 1985, las agencias de inteligencia
rusas y americanas continúan secuestrando y explotando a civiles inocentes para
servir a su guerra fría. Se crean agencias de espionaje nacionales por todo el
mundo usando civiles con mutaciones como peones en su contienda. En medio de
este conflicto aparece un mutante que revoluciona el mundo creando una
asociación de mutantes semi-clandestina que actúa en las sombras defendiendo
los derechos de los mutantes y luchando contra su esclavitud.
Aquel día ningún miembro del futuro escuadrón esperaba nada
como lo que iba a suceder, era un día normal en la vida de un civil
cualquiera. Todos recibieron una carta
misteriosa sin acuse ni dirección, tan solo un extraño símbolo y un texto
convocándoles a todos para ayudar a la
causa mutante, luchar por los suyos. No faltó nadie a la cita, acudieron al
Portal de Francia en Pamplona, tal como se les había citado. Allí una vez
estuvieron todos, de la nada apareció una figura, que saltándose cualquier
presentación les dijo:
-Si deseáis un mundo en el que los mutantes no sean explotados y humillados
públicamente, uniros a mi y luchad por la causa.
Nadie respondió, todos quedaron atónitos y tras un breve
silencio el misterioso hombre continuó:
-Muy bien, he aquí vuestra primera tarea, hemos descubierto
la ubicación de un mutante que ha sido secuestrado por los matones de alguna
agencia extranjera, debéis rescatarlo y traerlo con vida. Lo único que os puedo
proporcionar es esta vieja furgoneta, el lugar es una vieja casa de campo cerca
de Zizur, no tiene perdida, dirección Esparza, primer desvió a la derecha. Disponéis
de dos días hasta que ejecuten o trasladen al prisionero, hoy es viernes, pues
el domingo es la fecha límite. Suerte.
Tal como terminó la última palabra se desvaneció en la
oscuridad. El grupo se dirigió a la furgoneta, uno de los integrantes,
Kropaton, era camionero, así que condujo él. A parte de este camionero el grupo
estaba compuesto de otros seis civiles más. Alois era médico y tenía el poder
de controlar la mente de los animales, Raynor Krueger era un mercenario
retirado y tenía el poder de leer las emociones ajenas, Cleante era actor de
teatro y podía volverse invisible y levitar, Patxi era un guardaespaldas con la
capacidad de controlar los dispositivos mecánicos con la mente, Asada Shino era
una joven aventurera japonesa que había recorrido el mundo y actualmente
residía en Pamplona, y poseía el poder de volverse invisible, por último estaba
Murdock, un experimentado piloto con la capacidad de controlar la voluntad de
los animales igual que su compañero Alois y también podía controlar la mente de
las personas para que hiciesen cualquier cosa que él quisiese.
Pusieron rumbo al lugar que les había indicado aquel
misterioso hombre, pero ya que pocos de los integrantes eran nativos de la
zona, se perdieron por el camino, y llegaron al lugar tras dar muchas vueltas
por Pamplona. Eran ya las 5:30 de la mañana cuando llegaron al desvío que
conducía a la casa. Se acercaron sin hacer mucho ruido, y Raynor, que poseía
conocimientos de cartografía decidió intentar hacer un mapa del lugar, pero era
una noche cerrada y no pudo ver absolutamente nada, el mapa era inservible.
Mientras tanto, Kropaton, que poseía el poder de viaje astral, es decir podía
dejar salir su “alma” de su cuerpo dejando este sin vida, para explorar
atravesando paredes, opto por usar su poder y entrar en la casa a echar un
vistazo.
Para su sorpresa, descubrió que no había nadie y las luces
estaban apagadas. No faltaba mucho ya para el amanecer y el grupo decidió
retirarse y volver al día siguiente, todos subieron a la furgoneta menos 2 de
ellos que se quedaron escondidos en la vía de acceso a la casa. Pasaron las
horas, se hizo de día, cuando de repente, una furgoneta negra pasó zumbando
justo al lado de los que se habían quedado escondidos. El vehículo llego a la
casa, se detuvo y varias personas entraron en la casa. Los miembros del
escuadrón decidieron volver a Pamplona, descansar y transmitirles esa
información a los demás.
Al día siguiente volvieron todos juntos al lugar con la
vieja chatarra de furgoneta que se les había proporcionado. Pararon el vehículo
rato antes de llegar a la casa para aproximarse a pie, y dividirse en dos
grupos, los que se podían mover sigilosamente se acercaron más aun a la casa, y
los demás se quedaron en la furgoneta, buscando algo que les pudiese servir
para enfrentarse a los ocupantes de la casa. No encontraron nada, la furgoneta
estaba vacía por completo, nada útil, unas cuerdas roídas y unos palos hechos
trizas.
El grupo que se acercó a la casa estaba compuesto por: Cleante, Shinon, Patxi y Kropaton.
Y en la furgoneta se quedaron Alois, Raynor y Murdock, este
último decidió usar su poder para hacer que dos palomas que dormían cerca del
lugar, se estrellasen contra las ventanas del primer piso y las rompiesen. Lo
cual alarmo a las personas que se hallaban dentro de la casa.
Cuando la avanzadilla llegó, abrieron una ventana y Shinon
entró la primera, usando su invisibilidad para no ser detectada, lo mismo hizo
Cleante. Se escondieron donde pudieron del salón. Podían ver como varios hombres
iban de lado a lado gritando y preguntándose porque cojones dos palomas habían
roto las ventanas al mismo tiempo. De repente uno de los hombres se tropezó con
Cleante, que era invisible pero no intangible. Cleante decidió arrearle un
puñetazo, y el hombre respondió con una patada que tumbó a Cleante contra la
pared, en ese momento Kropaton y Patxi entraron por la ventana, agarraron unas sillas que había en el salón y
Patxi cargó contra el atacante de Cleante dispuesto a romperle la silla en la
cabeza. Pero la silla se le resbaló de las manos y no le alcanzó. En ese
momento un segundo hombre apareció por la puerta del salón y comenzó una pelea
en la que Kropaton, Patxi y Cleante dieron buena cuenta de los dos pobres
matones. Mientras peleaban, Shinon seguía invisible y pasó discretamente entre los luchadores
entrando en el recibidor de la casa, y agachado propinó un codazo a un tercer
atacante que corría para unirse a la pelea, evitando así que ayudase a sus
compañeros.
Al oír todo el jaleo, el grupo que se había quedado en la
furgoneta, avanzó a pie hasta la casa, Raynor tiró la puerta abajo y se
reunieron todos en el recibidor. Murdock entró bailando de forma ridícula,
tropezó y dió con la nariz en el suelo. Alois intentó entrar por la ventana por
la que sus compañeros habían entrado y también cayó al suelo intentando
entrar. Dos de los matones murieron en
la pelea, y un tercero quedo inconsciente, Alois lo reanimó por alguna extraña
razón, y tal como se despertó, le propinó un puñetazo en toda la cara a Alois.
Pero Murdock uso su control mental para paralizar al matón y evitar que dañase
a nadie más.
Después de esto se separaron una vez más para registrar la
planta de abajo buscando más enemigos o herramientas útiles para el combate,
pero la planta baja estaba vacía, no encontraron prácticamente nada. Shinon se
aventuró a subir al segundo piso y quedó encerrada en un vestidor sin querer. Raynor
subió detrás y encontró a otro matón en uno de los dormitorios, lo inmovilizó y
espero a que alguien más llegase. Kropaton
, Cleante, Murdock y el matón controlado por este, subieron al tercer piso.
Alois se levantó después de recibir el puñetazo de su paciente y subió al
segundo piso junto con Patxi, que liberó a Shinon, y corrió a ayudar a Raynor,
el cual intentaba hacer hablar al matón que tenía inmovilizado, Shinon lanzó
una patada dirigida al matón que trágicamente alcanzó a Raynor en vez de al
matón. Raynor era un hombre fuerte que apenas notó la patada de Shinon. Patxi
encontró otro matón más y comenzó otra pelea.
Alois vio que Raynor no conseguía convencer al matón, intentó seducirle
para que hablase, se acercó y le susurró al oído:
-¿Alguna vez te han penetrado?-
El matón, pese a estar inmovilizado por Raynor, se revolvió
y le dio un codazo a Alois en la boca del estómago. Mientras tanto, en el
tercer piso, Kropaton tiró la puerta abajo y avanzó en la habitación a oscuras,
cuando de entre las sombras un último matón le atacó con una katana, haciéndole
una grave herida en el brazo, pero Kropaton era un hombre extremadamente
fuerte, robusto y grande, que respondió con una patada voladora que alcanzo a
su oponente en el pecho tirándolo contra la pared y lanzando la katana por el
aire a clavarse en la pared de madera. Murdock
intentó sacar la espada de la pared, pero no era un hombre muy fuerte, así que
cayó de espaldas intentando sacarla sin éxito. Al otro lado de la habitación
estaba el hombre que tenían que rescatar, maniatado a una silla. Cleante lo
desató y trató de sacar la katana de la pared, sin ningún éxito. Para sorpresa
de todos los presentes, el hombre atado se desvaneció, se hizo invisible y
desapareció.
Con el atacante de la katana desarmado y tirado contra la
pared, Kropaton decidió romper las tablas del suelo que les separaban del piso
de abajo. Con mucha fuerza lanzó una patada contra el suelo que se quebró bajo
la potencia del golpe haciendo caer al matón y el suelo que lo rodeaba, cayeron
en la misma habitación en la que se hallaban Raynor y Alois, y por los pelos no
les aplastó la cabeza. Sacó la katana de
la pared sin problemas y bajó al segundo piso por las escaleras. Murdock usó
una vez más su poder de control mental para controlar al matón de la katana que
había caído al segundo piso. En medio de toda la confusión, algunos de ellos
pudieron oír como un furgón se acercaba a la casa y vieron las luces que se
asomaban por la carretera. Aún tenían tiempo, la furgoneta estaba lejos
todavía, así que rápidamente recorrieron la casa buscando a su objetivo, y tras
encontrarlo salieron corriendo por la parte trasera, a tiempo para poder oír un
disparo que probablemente mató al último matón moribundo que Murdock había
ordenado entretener a los nuevos invitados.
Volvieron a Pamplona, se reunieron en casa de Patxi, hicieron inventario de las
armas y útiles que habían conseguido y las repartieron según las habilidades de
cada uno. Una vez más, de entre las sombras emergió la figura del hombre que
les encomendó la misión. El hombre parecía un poco irritado, y dijo:
-Bien bien bien, veo que lo habéis logrado, y mejor aún, no
habéis muerto ninguno, no está mal. Pero, ¿mi furgoneta? Cabrones, era una mierda de furgoneta, pero
era mía, pensaba daros un incentivo por lograr la misión, pero me parece que
esta vez no. Adiós. –
Agarró al hombre antes secuestrado y desapareció.