martes, 19 de noviembre de 2013

Veritas y Aequitas

Hoy me enfrento a juicio, sin duda alguna me ejecutaran. Este es el fin de lo que hace un par de semanas fue el comienzo de mi última misión.

Hace seis meses se me encomendó la tarea de que añadiese a mi grupo de confianza, a una espía del gobierno. Asesina de profesión. No me gustaba mucho la idea, sobre todo porque era de raza “nimerya”, que actualmente eran nuestros enemigos. Lo que no me gustó nada en absoluto fue tener que vigilarla la mayor parte del tiempo. Para mi sorpresa, no tenía más de dieciséis años.

El primer mes estuve siguiéndola en sus escapadas nocturnas de nuestro cuartel. Los espías tenían fama de ser siempre dobles agentes. Sencillamente parecía no disfrutar de la compañía de,  cómo nos solía llamar ella, abuelos. Se quedaba toda la noche, mirando a las estrellas. Incluso se dormía. Una hora antes de amanecer, volvía a su colchón de paja dentro del cuartel.

Por otra parte, parece que nuestras ausencias no pasaban desapercibidas para la tropa. Los soldados con el suficiente aburrimiento y rutina, se volvían peor que unas viejas chismosas. Todo sea dicho, a ella no parecía afectarle lo mas mínimo.

Todos los días entrenábamos escudo y espada, sombra con la espada y tiro con arco, disparos certeros y disparos rápidos. Pero nadie quería entrenar con una asesina. Por muy joven que fuese. Así que yo entrenaba con ella. Algo que no ayudaba desde luego a reducir los chismorreos.

Después del segundo mes, en una de nuestras charlas, en la que le explicaba que esos rumores  no beneficiaban en absoluto a ninguno de los dos, ella misma me confesó que no tendría ningún problema en hacerlos realidad. Yo tenía una esposa y una hija, y las quería, pero tenéis que entender que estaban lejos, y hacía mucho que no las veía.

Nuestra relación, que se limitaba a los entrenamientos y a alguna noche en vela en el mismo colchón, se vio truncada, cuando descubrí, que no solo era asesina y espía, sino que también estudiaba magia. Estaba prohibida. Se limitó a decir que estudiaba magia al igual que estudiaba otras técnicas de lucha, como la lanza, la maza o el combate sin armas.

Ella era una asesina, y era cierto que no en todos los países estaba prohibida la magia. No obstante, me sentí usado y engañado para que no revelase su secreto. No solo yo estaba furioso, y eso se notaba en nuestros entrenamientos. Los cuales se habían vuelto un espectáculo para la tropa.

Pronto se nos paso el enfado y nuestro hábito de compartir colchón volvieron, pero los entrenamiento siguieron igual de intensos. Era nuestra manera de decirnos que seguíamos recelando el uno del otro.

Un día compartí  con ella un fragmento de mi vida con mi esposa y mi hija. Aunque sonase raro contárselo a la persona con la que me acostaba. Me preguntó que sentía los ratos que pasábamos juntos. Yo le respondí Veritas Aequitas. Sin embargo mi compañera asesina no conocía el dicho. Tuve que explicarle que la diosa nos juzgaba. Con la mano izquierda sabía todas nuestras verdades y con la izquierda devolvía la equidad. La verdad es el precio que tenias que pagar para restaurar el equilibrio. Si alguien había engañado a su mujer  y decía Veritas, tenía que decir la verdad absoluta de lo ocurrido, aun si ello fuese algo horrible. Así que cuando vuelva a casa y diga la verdad, probablemente mi esposa exija Aequitas.

Con estas conversaciones no simplemente habría mi corazón hacia ella, sino que esperaba que ella me lo correspondiese, aunque fuese con su nombre. Llamarla chica, joven o asesina, era incomodo y aun mas si me estaba acostando con ella. Ella me contó muchas cosas, aunque ninguna historia en concreto. Me confesó que lo que ella más deseaba era una familia, como la que yo tenía. Pero los inicios de una asesina a tan temprana edad delataban que era huérfana. También dejó muy claro que nadie de nuestro país tenía más motivos que ella para matar a todos los “nimeryos”. El odio con el que pronunciaba cada palabra era real.

A los cinco meses desde su llegada, nos informaron de que debíamos partir. La guerra había llegado en forma de saqueo a varios pueblos, entre los cuales, estaba el mío. Después de pasar por tres villas saqueadas. Podía hacerme a la idea de que mi mujer e hija, ya habían sido violadas y asesinadas.
Cuando llegamos a mi villa no quedaba nada en pie. Campos y casas habían sido quemadas. Lo que no habían podido llevarse lo habían destruido. Mi semblante no cambio ni una pizca, aun después de haber visto a mi mujer partida por la mitad con los ojos abiertos y la mandíbula desencajada y a mi hija con el cuello rajado y sus piernas en una pose obscena. Estaba tan conmocionado que no sabía si quiera que sentimiento debía experimentar. Pasamos del pueblo como pasamos de los otros.

Pronto les daríamos alcance. A juzgar por el daño ocasionado debían de ser al menos cincuenta soldados con 3 o 4 carromatos hasta arriba de comida. Nosotros solo éramos doce hombres, seis mujeres y asesina. Con forme nos acercábamos, debíamos de tener más cuidado y de ser mas sigilosos. Teníamos que mandar a alguien para que hiciese las veces de explorador. La mayoría de las veces era asesina, que sin duda se había ganado su sobrenombre. Era más sigilosa que el mismo bosque. En todas las incursiones en las que iba a rastrear traía algún conejo o pájaro que había cazado de vuelta.

Siete días fueron necesarios para que la emboscada tuviese las máximas posibilidades. Cuarenta y cinco eran en total. Al parecer habían tenido más bajas de las esperadas. Asesina nos dibujó un plan de ataque. Sencillo y eficaz. Pocos de los nuestros eran ágiles y silenciosos. Así que asesina sería la que más peligro correría. Ella se infiltró en el campamento, debajo de los carromatos y la mitad de los nuestros atacarían con flechas desde un flanco. Cuando se refugiasen en el otro lado, el resto los estaríamos esperando espadas en mano.

Cuando el caos empezó, asesina rebanó con cuchilladas certeras a media docena de soldados, hasta entrar en la tienda del jefe y matar a todos los que había allí dentro. Sufrimos dos bajas que se quedarían en el campamento, sin pena ni gloria. Asesina mató a cinco soldados dentro de la tienda y saco al jefe, que aun no se había puesto la armadura a rastras. Tenía rastros de quemaduras. Magia.

-Él fue. Veritas –Es lo que me dijo. Y entendí lo que me quería decir – Con la espada en la mano respondí. –Aequitas.- Nadie me reprochó el cómo deje a aquel hombre. Pero todos guardaban un silencio, cuando se acercaban a mí.

Volvimos al campamento y entregué el reporte. A los pocos días vinieron a por Asesina, me imaginé que cambiaba de destino nuevamente. Me fui a despedir de ella y me la encontré atada e inconsciente. Desenvainar la espada fue un reflejo.

-Cálmese soldado.- Me dijo el más viejo. –Nos la llevamos a juicio, ha sido acusada de practicar la magia.- Alguien había alardeado más de la cuenta. No podía hacer nada. Sin embargo cuando la arrastraban por la puerta, me di cuenta que era la única familia que ahora me quedaba, dormida no parecía tan peligrosa.

No recuerdo muy bien que pasó pero un tornado de acero y sangre pasó por la habitación. Cabalgaba con Asesina cruzada en el caballo aun inconsciente y ni siquiera sabía que iba a hacer. Finalmente la dejé en una cueva y me entregué. Después de todo, era muy viejo para pasarme el resto de mi vida huyendo.

El juicio fue lo mejor despues de haber estado golpeándome varias horas para que les dijese donde estaba ella. Desde que había visto los cadáveres de mi mujer y mi hija, no podía pensar en ellas. Hasta su cara se me había olvidado. Así que con la cabeza en aquel tocón lleno de sangre seca solo venía a mi cabeza la joven asesina. Pedí unas últimas palabras que se me concedieron por los años que había dedicado al ejército.

-Amé a una soldado a mi servicio. Puede, que incluso más que a mi propia esposa e incluso que a mi hija. Pero es la verdad.- Mire al verdugo y después al juez.- ¿Cómo iba a entregarla?- Muchos de los presentes se tomaron mi declaración como algo sucio e inapropiado, pero era mi ejecución y me daba igual. Así que grité.- Veritas. –El juez parpadeó y le dio la señal al verdugo. –Aequitas.- Gritó alguien de allí.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Te lo dije


He vivido tantísimos años que hace mucho que olvidé mi edad, pero si de algo me he dado cuenta a lo largo de mi vida, es que las cosas cambian, no es nada nuevo, pero hace tiempo que me percaté de la vanidad de muchísimas de nuestras acciones o pensamientos e ideas momentáneos frente al cambio que genera el paso del tiempo. En toda mi vida no he parado de pensar, de avanzar, igual que tú o aquel, y si miras atrás verás que en ningún momento has dejado de cambiar tu forma de pensar, de no ser así, amigo, tienes un problema. Lo que quiero decir es que si todo cambia, hasta las ideas más arraigadas lo hacen, ¿Merece la pena preocuparse por algo? Las mentes van a cambiar, tarde o temprano, las cosas van a pasar, ahora o después, el mundo va a regenerarse continuamente. Da igual. La primera vez que empecé a pensar esto fue aquel día, aquel horrible día, en el que vi mi mundo tal y como yo lo conocía, todo lo que amaba y odiaba, todo, se derrumbó, cambió de forma súbita. Quizás fue por eso por lo que me di cuenta de todo esto, quién sabe.
Ya le daba vueltas a la cabeza, autoconsolandome de que era imposible, que nada de lo que se me había revelado allí tenía sentido. Cabalgamos raudos al sur, de vuelta al Fuerte de la Guardia del Norte. Por dentro ya lo sabía, temía lo que sabía, cuando llegamos, el lugar ardía consumiéndose por las llamas. El fuego se extendía por la colina del fuerte como agua fluyendo entre las rocas. Se oían gritos sordos y el distinguido sonido del acero en la batalla. Apretamos el paso y cuando llegamos a las puertas fuimos recibidos por una hueste de vampiros ensangrentados que se abalanzaron sobre nuestras monturas. Caí al suelo justo a tiempo para ver como abatían a Keirath, mi subordinada. Pude a duras penas librarme de mis atacantes y huir hacia el fuerte. Aquellos malnacidos no eran tan inútiles como las otras alimañas que me había encontrado en mi viaje al norte, sabían pelear, y estaban bastante bien armados.
La imagen que vi al entrar en el fuerte quedó grabada en mi cabeza, y hoy en día sigue ahí, en un lugar apartado de mi mente que intentó evitar. Todo ardía. Los cadáveres yacían a mis pies, amigos, conocidos, compañeros de armas, para mi inexperta mente resultó fatal. Quedé paralizado por el miedo, la ansiedad y la desesperación. Como era de esperar algo me golpeó la nuca y caí desplomado, lo último que recuerdo ver es un enorme y anciano lobo blanco defendiéndose desesperadamente entre las llamas del incesante caudal de enemigos que lo abordaban. Cayó, y un desgraciado con una armadura gris se acercó, y sacando un cuchillo curvo desprendió la cabeza del cuerpo inerte del que antes fue Helur, señor de la Guardia. De este modo, todos, y cada uno de los hombres con sangre heredada de Hircine, yacíamos tendidos en aquella colina, entre los restos del viejo fuerte. Todos muertos, menos yo. Cuando los enemigos comenzaron a rematar a los heridos, una niebla fue cubriendo el suelo. Nadie pareció alarmarse, ni yo le di importancia, pues me daba por muerto, pero antes de que llegase mi turno de pasar por el filo, fui arrastrado, prácticamente inconsciente. La niebla me cubría, aunque quién me arrastraba pasaba entre los enemigos, nadie me vio. Salimos del fuerte y bajamos la colina, pero caí inconsciente poco después. Me desperté tumbado en un caballo atado a otro, los dos animales cabalgaban velozmente, por lo que me sobresalté y caí estúpidamente. Los caballos se detuvieron y volvieron hacia mí, pensé que me llevaban prisionero, pero era ella, alcancé a ver su rostro dentro de la capucha que la tapaba. Se acercó, desmontó, y me susurró al oído:
-Te lo dije.-

lunes, 21 de octubre de 2013

Lo que tengo en mente



Un hombre al que llamaremos sujeto A baja en un ascensor con una caja con pertenencias. Abajo otro hombre al que llamaremos sujeto B espera a que el ascensor llegue. Cuando A abre la puerta, se sorprende al encontrarse a su vecino, que le saluda con una sonrisa de oreja a oreja. B le devuelve el saludo con su típico -..enos días..-. Su conversación ha terminado, A sigue su camino y B coge el ascensor.

Nuestro querido sujeto A está en la ruina, no puede ni pagar la mudanza de sus muebles y ha ido a por unos pocos objetos con más valor sentimental que otra cosa. Cuando se ha encontrado con el sujeto B, y este le ha sonreído, le han dado ganas de golpearle. Se estaba burlando de él. Sabía de su desgracia, y aun así le deseaba un feliz día. “Cojonudo” pensó él.

Nuestro sujeto B tiene una vida que no sale de los estándares de la normalidad. Pese a que lleva ya unos cuatro años viviendo allí, no conoce muy bien a sus vecinos. Es más, odia encontrarse a gente que conoce cuando va a comprar, porque le saludan, y eso le incomoda. Pese a que es algo que odia, sus padres le enseñaron a ser educado, y por ello siempre saluda muy atentamente a la gente. Nuestro sujeto B se sintió aliviado al no tener más que un intercambio de saludos y no una conversación con el vecino. No sabe ni en que piso vive, ni si tiene familia, ni en que trabaja, ni el coche que lleva, si es que tiene, ni si quiera sabe su nombre. No sabe nada de eso, ni quiere saberlo.

Mientras Manuel, va al banco a pedir un préstamo para su nuevo negocio. Después de haber trabajado en una cadena de montaje y un breve tiempo de dependiente en una tienda de ropa, ha visto una buena oportunidad para montar su propio negocio. Cuando entra en el banco se dirige a una empleada y le dice que quiere ver al director para hablar sobre el préstamo. La mujer le pregunta que si tenía cita y este responde que no. La empleada trata de explicarle que tiene que pedir cita, pero en medio de la explicación el director del banco irrumpe en la conversación y pregunta que ocurre. Tras saber lo sucedido, el director hace pasar de inmediato a Manuel. La empleada pone una mueca de desapruebo mientras el director le da la mano a Manuel mientras toman asiento en el despacho.

Manuel es una persona bastante correcta, con un canon de modales bastante curioso. Sin embargo, se crió en una familia pobre, y cuando digo pobre me refiero a bastante pobre. La manera de hablar y expresarse es, como cabe de esperar, “de la calle”. Así que a simple vista destaca bastante en determinados lugares. Nunca ha vestido un traje, ni nunca lo hará. No es por dinero, es que los odia con toda su alma. Al entrar al banco y hablar con la empleada, Manuel no repara en ella, ni como mujer ni como empleada. Su interés es otro. Así que pregunta sus dudas y atiende sin poner caras a las explicaciones de la buena mujer. Cuando el director lo hace pasar le da las gracias a la empleada y se despide. Al director le da la mano, le da un buen apretón. Siguiendo el consejo que le dio su padre.

La empleada se mueve en un ambiente de clase medio-alto. Cuando ve entrar a Manuel, tan solo ve a un matraco más de barrio. Cuando habla con él su impresión no mejora, habla de una manera brusca y tosca, no ha pedido cita con el director y no es que no lleve traje sino que ni siquiera va arreglado. Cuando el director lo hace pasar a su despacho, no siente más que lastima por Manuel. No le darán el préstamo a alguien como él.

El director es un hombre elegante, con carisma y sabe tratar con la gente indistintamente de la clase social que sea. Fue y se autodenomina un niño de papá, no lo oculta. Lo tuvo fácil. Pero todo el mundo debería saber que ningún niñato con dinero llega a ser director de banco sin mas. Observa el escenario. Su empleada habla con un hombre, este parece estar un poco perdido. Oye por casualidad la palabra préstamo y esto llama su atención. Él no llego a director por casualidad, tiene un juicio sobre las personas que roza lo sobrenatural. Y un préstamo es siempre una buena inversión si el individuo es un buen empresario. Ha tenido broncas sobre préstamos que ha dado y sobre préstamos que no ha dado. Pero todos los que ha concedido se lo han devuelto. Tiene que tener muy buen pico. Allí va gente a pedir un préstamo para cumplir sus sueños, y no puede decirle a la gente que es una mierda eso que quiere intentar. Tiene que tener tacto. Sin embargo, su instinto le dice que Manuel, puede ser un buen cliente. Y es por eso que le hace pasar. Cuando le aprieta la mano, siente que es un hombre fiel a sus principios y solo por eso escuchará todo lo que tenga que decir.

sábado, 19 de octubre de 2013

Temazo de la semana #8

 

El temazo de esta semana corresponde a un clasicazo muy epico:
Baker Street- de Gerry Rafferty
Seguro que os suena la impresionante melodia del saxo.

Ya esta disponible en nuestra lista de reproducción aqui en el margen derecho ------>

Link a la canción: Baker Street


lunes, 14 de octubre de 2013

Jóvenes indecentes


Un joven conducía su flamante coche de camino a clase, cuando una ciclista hizo un extraño, y tuvo que esquivarlo. -Por poco- pensó. Y en el momento en el que la adelantó sus miradas se cruzaron. Iba a su clase.

Él había llegado hacía veinte minutos pero no había podido aparcar hasta ahora. Cuando salía del coche, venía la ciclista que se había bajado de su vehículo para atarlo en una farola.

Ella lo miró, empezó a atar su bici de paseo, sonrió y después volvió a mirarlo y a sonreirle. -Deberías dejar de usar ese vehículo tan contaminante. Al fin y al cabo vamos a entrar en clase a la vez. No es tan rápido como parece.- Tanteó al joven. - En el coche se pueden hacer muchas mas cosas ademas de conducir calentito un día de invierno.- Intentó picarla. -¿Como por ejemplo?- Cayó en su juego -Como por ejemplo hacer el amor con una chica que va en bici.-

Ella sonrió, sabiendo que la había toreado. -No será con esta chica, cowboy.- A la vez que imitaba un acento americano.  El chico no se rindió -Has de saber, que para algunos psicópatas el follarse a una mujer medio muerta y golpeada también lo consideran “hacer el amor”. -“Touché”- Dijo ella acompañado de un gesto que hacía parecer que movía una ficha de ajedrez.

Su actitud cambió, tanto el del chico como el de la chica. -Mañana te toca ser la psicópata, cari.- Dolida en su orgullo se obligó a responderle. -Lo sé, y esta vez te ganaré.- Dijo con el entrecejo fruncido. Se dieron un beso, se cogieron de la mano y entraron a clase.

A tan solo un par de metros había un banco, y en él, un viejito. Todas las mañanas veía entrar a toda esa gente a la universidad. Y todos los días pensaba lo mismo.

“Si que son raros los estudiantes de criminología”.



sábado, 12 de octubre de 2013

Temazo de la semana #7



Esta semana toca una canción que diría que no requiere de presentación.
Para los peliculeros igual la recuerdan del trailer de Hancock.

Recordad podéis escuchar la lista completa 
en el margen derecho


 MARGEN DERECHO   >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>


Buena semana ¡¡¡

lunes, 7 de octubre de 2013

Adaptación o destrucción


El Divino Dómine, el orgullo del imperio humano en cuanto a naves espaciales de lujo se refiere. Es algo así como un crucero, pero en el espacio. Las cuatro familias mas influyentes e importantes hemos sido llamadas a reunión en él. Quieren que la familia más débil sobreviva, así que las otras tres se ocuparan de ella. Quieren el poder de mi familia, quieren quitarme el legado que a sangre y hierro tuve que defender.

Me contaba mi abuelo que cuando era un crío pensaba que las armas evolucionarían en rayos láseres en el espacio. Pero la realidad es, que en el espacio no se combate. Es tan loco como absurdo. Los exoesqueletos Titán son la nueva forma de combatir, son unos cascos que te equipan una armadura de aproximadamente dos metros y medio. Sigues combatiendo con fusiles, solo que más grandes. No hemos evolucionado tanto como mi abuelo creía que lo haríamos.

Sin embargo, algo si que cambió en las guerras humanas.Gracias a las armaduras Titán, nadie se libraría ahora de ir a la guerra. Eran todo ventajas. El porcentaje de heridos era cero. O salían ilesos o morían. Sin embargo, que los ricos tuviesen que ir a luchar, supuso un problema, y es que muchos Titanes, eran monstruosamente fuertes y poderosos. Aprender a usar un Titán le tomaba una semana al más torpe. De hecho había muchos Titanes tamaño niño, para que entrenasen desde jóvenes. Nadie podía evitar ir a la guerra, y todos los padres querían que sus hijos fuesen la élite, para que sobreviviesen.

El concepto de preparación desde niño, dio fama a La Tierra de uno de los planetas con los guerreros mejor entrenados de nuestra galaxia. Y La Tierra aceptó el título de neutral junto a otros planetas. Y era todo un honor, porque la Tierra era de las civilizaciones mas jóvenes y con ninguna colonia en otro planeta, aunque trabajaba en ello. Así pues, nadie nos atacaría, y nuestros guerreros se convirtieron en grandes mercenarios, combatiendo igualmente en guerras pero lejos de nuestra casa.

Sin embargo tres de las cuatro familias deseaban poder, y querían conquistar una serie de planetas aprovechando la inmunidad que La Tierra poseía. Y aquí entraba yo. Yo era la familia más pequeña que me oponía a su traición, y esto me costó perder al resto de los míos a manos de asesinos contratados por ellos. Y como a mí no habían podido matarme. Al final me relevarían del cargo.

Esta noche, si se puede decir que es de noche en el espacio, apostaré todo a una carta. Y necesito que sea la correcta.

Hablé con los líderes de los planetas neutrales y les hablé sobre la traición. Pero ellos no podían hacer nada. Les pregunté si se podrían encargar de La Tierra si las cuatro familias que la controlaban desaparecían. Me aseguraron que la cuidarían como si fuese su propio planeta.

Tardaron poco mas de media hora en relevarme de mis obligaciones como familia, sin embargo ya habían pasado cinco horas que había invertido en bromear, comer y beber. Los traidores de la humanidad, los asesinos de mi familia no parecían tan crueles allí, pero lo eran. Todos tenían una sonrisa, y era solo para mí.

Cuando llegó la hora de retirarme de la sala, me despedí de todos. Tenía que besar a todos, dos besos en las mejillas. Mi beso de la muerte, pensé. Cuando llegué al líder más longevo le clavé un cuchillo de mantequilla cinco rápidas veces en el costado. Y salí corriendo de la habitación.

No pude ver sus caras pero me las pude imaginar. Ya iba por el final de pasillo cuando oí que reaccionaban. Saqué el control remoto e hice estallar las bombas en la nave. La alarma de evacuación sonó. Oí un ruido, similar al que hace un traje de Titán cuando te lo equipas, pero me dije a mi mismo que era imposible. Nadie podía subir un arma al Divino Dómine, pero el gigante exoesqueleto metálico salió seguido por dos más tras de mí.

Vaya error de novato. Si yo pude colocar explosivos, los nuevos sistemas portátiles de Titán fácilmente podrían ser ocultados. Corrí hacia el museo del crucero, allí había unos Titanes, arcaicos pero Titanes al fin y al cabo. Cuando me lo equipé, parecía que se fuese a desmontar. Los primeros Titanes no eran tan altos, ni tan duros, ni tan fuertes, pero si eran casi igual de rápidos que un humano. Lo cual en la guerra no tenía sentido alguno. De un disparo morirías en el acto. Solo rezaba porque esos tipos no llevasen más armas que el Titán.

En el museo llegó el primero de los tres Titanes, era el hijo del líder que había matado. Su ira fue su perdición, era superior pero si no llevabas armas el saber luchar lo era todo. Su cabeza giro 360 grados. Ni un búho dentro de un Titán habría sobrevivido a eso.

No me quedé a esperar, me fui hacia las naves de evacuación. Siempre he sido de esos que prefieren que sobre que no a que falte. Pues esta vez sobró explosivo. La nave se deshacía en cuestión de segundos.

La gente se quedó mirando mi Titán, y ayude con este a quitar los escombros que no dejaban entrar a la ultima capsula de evacuación. Todos me felicitaban no antes de haber ocupado su asiento. Los dos gorilas con Titán que había perdido, me encontraron. Cerré la puerta de la capsula. Y me enfrenté.

A estos no les traicionaba la ira. La lucha se estaba volviendo insostenible. La gente dentro de la capsula gritaba. Para ellos yo era el bueno. Pero aun así, a ese paso no lo contaría. Otro Titán, igual de viejo que el mío, me los quitó de encima. Y pudimos reducirlos y matarlos. En una pelea entre Titanes, solo hay un bando ganador.

Nos quitamos los trajes y mi misterioso ángel de la guarda resultó ser un camarero. Había ido a por el Titán para quitar los escombros. Todos pensaron al principio que yo era él. Al final la ultima capsula salió con nosotros dentro.

Todas las capsulas flotaban buscando la órbita más cercana, las de las 4 familias se distinguían por el escudo de un pájaro bebiendo de un charco. Explotaron en cadena una detrás de otra. Todos murieron.

Cuando el pánico dejo de cundir pensando que la nuestra también volaría en mil pedazos, el camarero nos deleitó sobre una antiquísima historia, parecida a la ocurrida hoy. Sobre un crucero de lujo que también se hundió, solo que este en el océano.



domingo, 6 de octubre de 2013

Temazo de la semana #6

Para compensar la ausencia de la semana pasada, 
hoy ponemos doble sesión friki

Dos versiones muy personales. La primera:
Canción de Ion Storm - Red trainer epic orchestral de Pokemon

Y la segunda canción es un remix del tema principal de Cave Story
Canción de Cave Story Remix Project - Cave Story Main theme Remix


Recordad podéis escuchar la lista completa 
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 MARGEN DERECHO   >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>


Buena semana ¡¡¡

lunes, 23 de septiembre de 2013

Temazo de la semana #5

Mas vale tarde que nunca


Canción de Brocas Helm - Cry of the Banshee 

Igual os suena del juego Brutal Legend


Recordad podéis escuchar la lista completa 
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 MARGEN DERECHO   >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>


Buena semana ¡¡¡



martes, 17 de septiembre de 2013

Lección de historia



Cuando llegamos al Fuerte de la Guardia del Norte todo estaba tranquilo, algunos compañeros ya estaban allí, pero no llegamos los últimos. Nos instalamos y tuve una pequeña reunión con los líderes de los otros escuadrones. Aunque di parte e informé de lo ocurrido en el aserradero y en el Pueblo de Norath, no quise decir nada sobre el extraño encuentro con la misteriosa criatura el día anterior. Tras esto, avisé de que tenía un asunto que atender cerca y que saldría con un par de mis hombres. Necesitaba saber más acerca de que es lo que pretendía quien quisiera que fuese aquella voz de la cripta. Justo cuando preparaba mi caballo, apareció por la puerta Keirath y los tres hombres que mandé a avisar a los pescadores del Pueblo de Norath. Decidí llevarla conmigo, con ella sería suficiente, no necesitaba más hombres. Ella aceptó la orden y partimos de inmediato en dirección norte, nos dirigíamos a la Tierra del Viento Cortante, que por aquel entonces era una península más al norte incluso que el fuerte en el que estábamos. No estaba habitada, ya que se trataba de un pequeño cacho de tierra completamente llano y yermo en el que el viento helado de la costa soplaba con fuerza y parecía casi cortar la piel. 

Tardamos apenas un par de horas en llegar a caballo, dejamos los caballos atrás y comenzamos a vagar sin rumbo aparente a lo largo de la llanura. Keirath estaba acostumbrada a cumplir órdenes sin cuestionar, pero aquella vez me preguntó: -Maestro, ¿Qué nos trae a esta tierra baldía?- Sin saber muy bien que decir, respondí: -En realidad no lo sé ni yo, pero tengo que verme aquí con alguien, y prefiero que no sepas más.- Ella asintió y guardó silencio.

Caminamos un rato más, hasta que de pronto volví a notar aquella presencia, ese aura, pero era diferente, esta vez se notaba más cálida a pesar del clima del lugar. Hice un gesto a Keirath y buscó refugió tras un solitario árbol que resistía el viento en lo alto de una pequeña colina. Yo avancé con cautela, la presencia se volvía cada vez más intensa, pero no veía nada a pesar de que a mi alrededor no había ni arboles ni rocas, ni ningún lugar donde esconderse.  Pero sin previo aviso, una flecha rojiza me pasó silbando por encima del hombro casi rozándome el pelo. En el instante en el que la flecha pasó, apareció ante mí una figura de una mujer vestida con ropajes negros y una capucha que no le dejaba ver la cara. Antes de que ninguno pudiese reaccionar oí un grito ahogado detrás de mí, y comprendí que había alcanzado a Keirath. 

-¡¿Por qué has hecho eso?! ¡Es una de los mejores de mi escuadrón!

-Tranquilízate, era una flecha con veneno paralizante, estará bien dentro de unas horas.

-De acuerdo, empecemos por el principio ¿Quién eres y que quieres?

-No, cada cosa en su momento. La situación es mucho más grave por así decirlo, de lo que vosotros, cachorrillos podéis ver. Como espero que ya sepas, la Guardia Negra, tu “enemigo”, está gobernada por varias familias de vampiros muy poderosos; lo que no sabes es que de las cinco familias que había hace un mes, quedan dos, o prácticamente una…- Tras esto hizo una breve pausa y bajó la mirada un instante.

-Pero eso es imposible… o… quizás no, claro, ¿Me estás diciendo que una de las familias ha traicionado y matado al resto?

-Yo diría más bien “cazado”. Hace cientos de años, tras la última gran guerra entra vampiros y hombres bestia, que llevó a la derrota y casi total extinción de los últimos, las familias de vampiros que vencieron decidieron establecer un “equilibrio”, no intervendrían en política ni en guerras ni nada parecido, como los licántropos más poderosos habían muerto, no tenían nada que temer y pactaron el legar a sus descendientes un mundo en paz.  Pero como resulta evidente una familia se ha cansado de esto… La familia Nufret  ha destruido literalmente al resto de familias, incluida la mía. 

-¿Pero porque me cuentas todo esto?

-Calla y escucha, si prestas atención puede que tu primitivo cerebro de bestia lo comprenda. Una de las cuestiones que ahora tu mente se pregunta es: ¿Qué tiene que ver esto con la posible guerra, y por qué estos ataques de vampiros? Muy simple, hay gente que solo desea ver el mundo arder. Lo que la familia Nufret quiere destruir, a es ese “equilibrio” que hay, de este modo podrán excederse con los humanos tanto como gusten, gobernar el mundo y esas niñeces. Y la forma más fácil de derrotar al mundo, es que se derroté el mismo, haciendo estallar una guerra. ¿Lo vas pillando?

-Si…. Creo que si…

-Perfecto, veamos no tengo mucho tiempo, ni tu tampoco…  una vez explicada la situación la pregunta es: ¿Por qué creo que te necesito? Muy simple, si todas las familias de vampiros poderosos han sido erradicadas, ¿Quién queda que pueda hacer frente a los Nufret? 

-Los Diez Guardias les haremos frente como podamos.

-No seas estúpido, no tenéis nada que hacer contra ellos, ¿acaso no te he dicho que hace siglos que exterminamos a todo ser medianamente poderoso de tu especie? No, no hay nada que puedas hacer… ahora, pero te he estado observando, tú destacas entre los demás, eres la culminación de la actual línea evolutiva de tu especie. Debes permanecer conmigo, yo te entrenaré o más bien te mantendré con vida, aprenderás como desarrollar el potencial de tu especie. La guerra es inevitable, lo único que podemos hacer es compensarla, es una guerra que no podemos ganar, pero no debemos perder, tan solo podemos alargarla hasta que seamos lo suficientemente fuertes como para derrotar al enemigo.

-¿La guerra es inevitable? Pero si estamos en el norte es precisamente para evitarla, además yo soy miembro de la Hermandad, no puedo irme contigo como si nada. Volveré al fuerte e impediré la guerra. 

-Estaba claro que ibas a decir eso, vuelve al fuerte y cuando veas que tengo razón, reúnete conmigo al otro lado del Muro Gris, en la vieja Torre del Colmillo Afilado.

Tras decir esto, se volvió a desvanecer y un viento aún más fuerte sopló hacia el este. Estaba confuso y un poco cabreado así que sin pensar en nada volví a por Keirath, la cargué inconsciente en el caballo y cabalgamos hacía el fuerte.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Temazo de la semana #4


Esta semana toca algo un poco desconocido,
por lo menos para nosotros:
Sacada de la serie RWBY
canción de Jeff Williams - This will be the day (edición extendida)


Recordad podéis escuchar la lista completa 
en el margen derecho


 MARGEN DERECHO   >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>


Buen finde ¡¡¡

Seres de forma cambiantes. Licántropos

Capitulo 7


Un licántropo o también llamados hombres lobo son seres que pueden cambiar en dos formas distintas de la original. Cabe destacar que sus transformaciones cambian con el paso del tiempo, perfeccionándose. Durante una generación pueden cambiar de manera drástica debido a que son una especie de rápida evolución y adaptación.

Transformaciones

Su forma real, es en realidad más parecida a un mono con garras y colmillos que a un lobo.
Su primera transformación es en humano, en realidad es solo una transformación visual. Aunque hoy en día  aprenden  y a hablan nuestro idioma, en un principio no podían. Las transformaciones en humano fueron en un origen  una necesidad en épocas de hambrunas. Su metabolismo se vuelve más lento y ellos más débiles. Antes de su integración a la sociedad humana, el licántropo que se transformaba en humano solía morir de hambre. Al principio en días de luna llena no podían aguantar la transformación debido a la presión que ejercía la Luna, en el momento que “evolucionaron” en este aspecto, se empezaron a integrar en la sociedad humana de una manera sigilosa.

Su segunda transformación es en lobo, es en realidad más parecida a un jabalí. Con los años su transformación se ha ido pareciendo cada vez más a los lobos, más por estética que por necesidad. En su origen esta transformación ocurría durante una semana al mes, en la cuál como manada disputaban su autoridad y cazaban abundantemente. El líder de la manada era siempre el más fuerte (que en el caso de esta especie era el último en destransformarse), sin distinguir entre machos o hembras. El líder elegía a su compañero en función de su fuerza. El resto de la manada elegía a su pareja por otros requisitos, dejando de lado la fuerza.

Ambas transformaciones se hacían por una necesidad. La transformación en humano se asemeja a estar callado. Algo que todo el mundo puede hacer y a veces se hace difícil de mantener, pero que si estas débil o enfermo no puedes evitar. La transformación en lobo se asemeja a gritar. No puedes estar indefinidamente gritando. Todo el mundo lo podía hacer si estaba sano y enérgico, sin embargo cada uno tenía una duración. La duración media eran siete días.


Sistema inmunológico

Esta especie no enferma, debido a que aún en la integración humana, nadie que esté enfermo tiene el derecho de procrear. Debido a que durante miles de años solo licántropos sanos se han reproducido tienen un sistema de defensas incomparable al ningún otro ser vivo.


Dolor

El dolor físico que un licántropo recibe no es comparable al de un humano. Cualquiera de sus transformaciones exigen rotura y regeneración de huesos, músculos y hasta de órganos. Si un humano sufriese ese dolor, seguramente moriría. Sin embargo su tacto es extremadamente agudo, y esto ni la especie misma saben el porqué. Se sospecha que es una habilidad que con la evolución ha perdido la utilidad. Muchos licántropos aprenden braille antes que a escribir.


Mestizaje

No existe el mestizaje. Un licántropo y un ser humano, para sorpresa de muchos pueden procrear. Sin embargo, la criatura que nazca será un licántropo puro. Estos datos resultan ser un gran descubrimiento para muchas enfermedades del ser humano. Sin embargo, la pareja del licántropo ha de ser sano. Si no, tanto hembras como machos, fisiológicamente, entran en un modo de anticoncepción de forma natural.


Según la edad

Hasta los cinco años no pueden empezar a transformarse. La edad media máxima de transformación el lobo ronda los setenta.


Regeneración

Pueden regenerar casi todos los miembros, siendo los que tienen huesos y músculos los más costosos. También regeneran casi todos los órganos. Dándoles una esperanza de vida media de unos ciento veinte años. Al contrario de lo que la gente piensa, la regeneración de miembros es larga, poniendo como ejemplo que un solo dedo puede llegar a tardar seis meses de regeneración en total. No solo es larga, es más dolorosa que una transformación. Este proceso es involuntario, y no pueden pararlo. La medicina humana también ha aprovechado este factor para avanzar en la recuperación de miembros. La transformación regenera huesos y músculos de forma rápida pero esto se debe a que una transformación no es lo mismo que una regeneración de un miembro perdido.


Comunicación

Es una especie que posee los tres tipos de comunicación:
En su forma original, telequinesis. Aunque es más parecido a una especie de híper-empatía
En su forma de lobo, el idioma animal. Un idioma propio de cada especie animal que expresan por gruñidos y otros ruidos estados emocionales y amenazas.
En su forma humana, el lenguaje humano. Aunque en un principio no era así. Al contrario que los otros dos, este es el único que tienen que aprender para poder utilizarlo.


Peligro de extinción

Aunque tenían unos genes destinados a acabar con la raza humana, su mentalidad no era así. Su número de miembros ha mermado mucho y desde su incorporación a la sociedad humana más.
En la primera transformación de un licántropo, el índice de mortandad es del 70%. Al volver a su forma original, los músculos y huesos no adoptan la forma correcta y morían. Su fuerza mental no es tan fuerte como la física, al perder a su primer hijo, muchas parejas desistían de volver a tener hijos. Cuando se incorporaron a la sociedad humana cambiaron eso por adoptar a un humano. La mayor cantidad de padres adoptivos del mundo son los licántropos.


Los dos grandes grupos de licántropos


Los licántropos se separan a sí mismos en dos grupos: Los que han adoptado o se han casado con humanos. Y los que siguen por la rama puramente licántropa. Estos últimos siguen transformándose en lobo, y pasan las vacaciones en familia en bosques y montañas a modo de tradición. Pese a esto, ninguno de los dos grupos se discrimina entre sí, son una especie muy abierta. Los licántropos que han hecho familia con humanos, se salen del círculo de la manada a la que pertenecen, liberándose a sí mismos de su líder.


sábado, 7 de septiembre de 2013

Temazo de la semana #3

Esta semana algo mas suave pero igualmente fantástico:
The Bad Touch de Bloodhound Gang 

Recordad podéis escuchar la lista completa 
en el margen derecho


 MARGEN DERECHO   >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>


Buen finde ¡¡¡

viernes, 30 de agosto de 2013

Temazo de la semana #2


Esta semana toca también algo movido:
Push the tempo de Fatboy Slim

Recordad podéis escuchar la lista completa 
en el margen derecho


 MARGEN DERECHO   >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>


Buen finde ¡¡¡

jueves, 29 de agosto de 2013

Ocultas intenciones

Con el rostro sombrío el soberano miraba con seriedad las sombras del consejo. La tormenta había oscurecido el día tanto como la situación del reino. Las personas sentadas en torno a la mesa, vacilaban y dudaban sobre cómo lidiar con esta clase de reuniones.

La canosa barba del que presidia la mesa se movía sin dejar ver sus labios.

-Perderemos la guerra si continuamos sin cambios.

Una de las sombras en torno a la mesa se quejó, pero no llego a terminar su frase. El monarca cortó los murmullos.

-¡Basta de absurdas adulaciones! ¡Sois  mis consejeros, cumplid vuestro cometido!- Hizo una breve pausa que consiguió calmarle los ánimos.- Hagan números caballeros. Están igual de bien preparados que nosotros, pero son casi el doble. Además tenemos un bosque lleno de recursos y posibilidades y no podemos ni acercarnos a él.

-Maldita tribu del bosque. -Maldijo uno de los presentes.

Una de esas sombras se inclinó hacia delante y poco a poco su rostro se fundió con la luz de las velas, revelando unos ojos castaños, casi rojizos de una cara bastante joven como para estar en un consejo.

-Esa maldita tribu matará a cualquiera que se acerque a ese bosque. Y no queráis saber lo que le harán a los que intenten talarlo. Sin embargo... –sonreía mientras veía como la paciencia de los presentes empezaba a acabarse.- Sin embargo están en venta. Después de casi seis años sin saber nada de ellos, convenientemente vuelven a estar en activo para esta guerra.

El rostro del rey frunció el entrecejo, siguiéndole el juego al joven. –Esos mercenarios son muy buenos asesinos, para matar a una persona en concreto. Pero cuando se trata de una guerra, no valen para el campo de batalla. Además- Sacudió la mano a modo de quitarle hierro al asunto.- El reino esta casi arruinado, y ellos son tremendamente caros.

Era ahora la cara del joven la que se volvía seria.

-Si no los contratamos nosotros, lo harán ellos. Y nos despertaremos con un puñal en nuestro costado.

Una de las sombras sentadas se levantó como un resorte. -¡Basta de insolencia Alsif! ¡Tu juventud esta traicionándote! –El joven levantó la mirada y tornó una risa burlona.- Somos diez en este consejo, y parezco ser el único que se preocupa para que nuestras cabezas sigan unidas a nuestros cuerpos. ¡Sácale la lengua del culo al rey y haz tu maldito trabajo!

Con furia golpeó con el puño la mesa. -¡Como osas hablarle a tu rey así!- Alsif señaló a su conversador como si en vez de un dedo se tratase de una espada.- ¡No le hablo así al rey, te lo estoy diciendo a ti!

El rey se había levantado de su asiento, tan despacio que nadie se había percatado de ello. –¡Desmontad este circo, por Dios!- Recuperó el aliento.- Retiraos, mañana hablaremos mas calmadamente.

El rey reclamó a los dos discutidores, Alsif y Vandel, para que se quedaran. Mientras el resto del consejo se apilaban por salir de la habitación lo más rápido posible. Era normal que estuviesen desubicados, tenían cargos importantes, pero no eran consejeros de guerra. De hecho el consejero de la moneda por ejemplo, sabía lidiar con muchos problemas, y era bastante previsor e imaginativo. El consejero de abastecimiento era otro gran estratega de su tema. Pero ninguno había empuñado una espada en su vida.

Cuando por fin se habían quedado solos los tres, formando un trió siniestro de sombras, el monarca empezó a toser y a toser, su cara se estaba volviendo morada. Parecía que fuese a colapsar en cualquier momento. Vandel lo cogió como si no pesase nada y lo sentó en su silla. Alsif rápidamente le dio de beber un brebaje que había sacado de su bolsillo. Y la tos se apaciguó.

El rey descansaba exhausto en su silla hasta que al final se recompuso un poco. -¿Cómo lo harás, Alsif? ¿Cómo los contrataras?- Alsif sonrió- Llevo meses negociando con ellos, por si llegase el momento de necesitarlos. Y quieren algo que ningún otro reino les daría. Tierras.

Vandel analizó la cara de su rey y la del joven, era el consejero de guerra pero no era tonto.-No se ganan reinos dando tierras- Alsif afiló una sonrisa casi maligna –En efecto, pero lo que ellos nos darán no serán hombres, sino mano de obra y recursos.


Por una vez, los tres sonrieron, y sin decir nada mas todos entendieron los planes reales de su joven interlocutor. Y es que aunque Vandel era el primero en poner su juventud como protesta, sabía muy bien que si estaba en el consejo era porque tenía algo de lo que el resto carecía. Autentica maldad. 

domingo, 25 de agosto de 2013

El pasillo de una sola dirección.



Vaya, se acerca la navidad, un año más de ver pasar la vida, embobado y asobinado, amancebado y malacostumbrado. Así vivo yo, padre de dos niños malcriados y ciegos por la estupidez de la televisión. Casado con una mujer egoísta y maniática. Esta es mi familia, solo quedo yo, el peor de todos, no solo por haber sucumbido a la facilidad de la vida moderna, sino por haber renunciado a mis sueños, aspiraciones, metas y cualquier cosa que hubiese podido desear ser, convertirme o tener en mi vida.
Faltaban dos semanas para navidad, había tenido un día de mierda en el trabajo, y cuando llegué a casa, no había nadie, ni mi esposa, ni los críos. Sabía perfectamente donde estaban, hacía ya tiempo que conocía las aficiones secretas de mi esposa, me engañaba, no sé con quién, ni donde, ni  me importaba, entendía perfectamente el porqué, hacía tiempo que ya ninguno nos preocupábamos por el otro. Y los chavales posiblemente los hubiese dejado con su tía o con su madre. Fue entonces cuando me di cuenta,  pasé unos momentos pensando de pie nada más entrar en la casa con la puerta abierta y el abrigo aún en la mano, en cierto modo lo sabía, pero aún no me había dado cuenta, sabía que mi vida era una mierda, pero hasta entonces no había pensado en ello. Y cuando fui consciente de mi desgracia, mi rostro se tornó sereno, apaciguado y tranquilo, había perdido muchísimo tiempo de mi vida, pero por lo menos me había dado cuenta, y de alguna forma me consolaba el saber que miles de idiotas como yo también estaban desperdiciando su vida, pero ellos no se daban cuenta, yo sí. Cerré la puerta, me di una ducha, cené como siempre comida precocinada, y en vez de destruir mi cerebro en el sofá frente a mi LCD de cuarenta pulgadas, cogí mis documentos personales, mi dinero, mis cosas importantes, un poco de ropa, y lo metí todo en un bolso de deporte. Bajé al trastero y desenterré mi vieja guitarra de entre la maleza de trastos ahora viejos  que se amontonaban y tapaban el instrumento. Cogí mi coche, un monovolumen enorme y feo que mi mujer me hizo comprar para los niños, pero el coche era mío, me lo hizo comprar con mi dinero, porque ella ya tenía el suyo, se paseaba en un hibrido nuevo carísimo para llamar la atención. Llevé el monovolumen hasta un concesionario de segunda mano y lo vendí. Era un coche caro así que conseguí casi treinta mil por él. No lo pensé un segundo, crucé la calle, entre al concesionario de enfrente y me compré una moto nueva, de gran cilindrada, estilo Harley Davison. Salí de allí con mi vieja chupa de cuero, con mi nueva moto, y lo más importante, mi nueva sonrisa. Hacía casi una maldita década desde la última vez que sonreí de verdad como aquella vez. Ni me fijé hacia donde me dirigía, con la guitarra enfundada a mi espalda y la maleta en un lateral de la moto, simplemente salí de la ciudad por donde el azar quiso y emprendí viaje.
Cuando tuve sueño, ya caída la noche, paré en un pequeño pueblo tranquilo y perdido entre las montañas, solo accesible por las largas y sinuosas carreteras de montaña por las que me encantaba llevar la moto. Entré a un bar de aspecto rustico y agradable, sonaba música folk suave y la gente jugaba a las cartas o a los dardos riendo y bebiendo cerveza. Nadie se fijó en mí, me acerque a la barra y pedí una cerveza, el camarero me preguntó de donde era, lo típico, y resultó ser un hombre muy agradable, y estuvimos hablando largo y tendido sobre muchísimas cosas. Le comenté mi situación y le sorprendió bastante,  él siempre pensó que la gente como mi antiguo yo, encerrados en una vida que saben que es una mierda, eran gente triste, y que le daban lástima. Definitivamente le gustó mi historia y me habló de que en el pueblo, existía un grupo de amigos, que se dedicaban a escribir, repartían por el pueblo de vez en cuando alguna recopilación de historias que relataban en sus ratos libres. A los vecinos les gustaba la idea, daba un poco de vida al pueblo, entretenía y hacía pensar a muchos.
Aquello me encantó, era una idea genial, pero lo que más me sorprendió, es que el camarero, miembro del grupo que escribía el boletín de relatos, me pidió permiso para escribir mi historia y publicarla en el pueblo. Por supuesto acepté, pero con la condición de que no se diera mi nombre en él.
Al día siguiente proseguí mi camino hacía ningún sitio con mi moto. Viajé por todo el continente trabajando aquí y allá por temporadas, de cualquier cosa, pero trabajos pequeños, camarero, peón, pescador, o en empresas de transporte. Cuando me quedaba sin dinero de mis trabajos, usaba el que durante años había guardado para mi jubilación. Así pasaron meses, uno tras otro, vivía muy bien, tenía todo lo que necesitaba, trabajaba duro de vez en cuando y lo mejor de todo, conseguí amigos y conocidos en todas partes. Hasta que un día, tomándome un café mientras esperaba a un viejo conocido en una ciudad de la costa, me dio por leer el periódico que había en la mesa. No me gusta leer periódicos, o por lo menos los más vendidos, porque  me da la impresión de que siempre son considerablemente parciales en muchos temas, pero aquella vez lo leí por hacer tiempo mientras esperaba. En una página por medio del noticiario, encontré un artículo sobre un grupo de escritores que habían prácticamente provocado una pequeña revolución con sus historias. A mitad de artículo algo en la página siguiente me llamó la atención y torné mi vista hacía la noticia contigua. Hablaba de un aumento del quinientos por cien de desapariciones en la región, que luego resultaban ser hombres y mujeres que simplemente emigraban y comenzaban un viaje muy similar al mío.
Al parecer el camarero al que conté mi historia había tenido bastante éxito con ella, y cientos de personas decidieron romper como el personaje de la historia hizo. Me alegré de que otras gentes hubiesen podido ver por fin el pasillo de una sola dirección en la que se estaba convirtiendo la vida moderna, y hubiesen hecho un jodido agujero en la pared, para salir fuera.